miércoles, 30 de abril de 2008

Hello England's Rose

Para todos los nostálgicos del planeta, que sepan que siempre hay un rincón para el recuerdo, y que los seres realmente inolvidables perduran en nuestra memoria, aunque sea en espacios tan ínfimos como éste:

viernes, 18 de abril de 2008

Distancia

Imaginar. Recordar el porvenir.
Recordar. Olvidarse de olvidar.
Olvidar. Imaginar que no ha sucedido.
Imaginar olvidando,
la distancia.
Crear la distancia.
Imaginar que se crea.
La distancia
no se crea.
Mirtos invisibles
vueltos frondosos,
aromas olvidados,
fragancias recordadas.
Topos que horadan el cielo.
Pájaros del abismo.
La distancia,
el hueco
esperando la visita.
Laderas rojas,
como alfombra.
Imaginar la visita.
Recordar
lo nunca visto.
La distancia
que no se ha vivido.

miércoles, 2 de abril de 2008

¿Por qué el vídeo?

Porque Souvenir fue una canción que impactó en el joven Barón, cuando éste sólo contaba diez añitos. La utilizó TVE para anunciar algún tipo de evento deportivo de invierno (unas olimpiadas, o un campeonato del mundo) y, desde entonces, asocia esta música con una pareja de patinaje artístico. Poco que ver, por lo tanto, con el contenido del vídeo.

Porque el Barón es adicto a este tipo de recuerdos que resurgen del archivo de nuestra memoria porque sí, sin causa aparente. El caso es que lleva dos días rumiando este tema en su mente (hay que reconocer que es pegadiza).

Porque esta búsqueda ha conducido al Barón a redescubrir también el vídeo, que no deja de ser interesante. Sobre un escenario bucólico, sólo tres elementos clave (un estanque, un templete y un Wolkswagen de destino sospechado pero no explícito hasta el final) y dos personajes masculinos (los del grupo, claro). De la narrativa visual se desprende un espíritu homoerótico.

La correspondencia con la letra de la canción es susceptible de interpretaciones varias. Dice algo así como "es mi dirección, es mi propósito, es tan duro, me está llevando por el mal camino. Mi obsesión es mi creación, lo entenderás, no es importante ahora. Todo lo que necesito es coordinación. No puedo imaginar mi destino, mi intención. Pregunta mi opinión, pero no hay disculpa. Mis sentimientos aún permanecen. Mis sentimientos aún permanecen" aunque por los gestos del cantante no lo parezca.

En cualquier caso, es extraño que los miembros del grupo se enojaran porque el vídeo daba una imagen equivocada de su sexualidad (¿y quién no recuerda Enola Gay?).

Cómo eran los ochenta...

Souvenir

martes, 1 de abril de 2008

La última visita

No estoy triste no puedo estar triste porque ha terminado la oscuridad de mis días.
Viajo hacia la luz contigo.
No puedo estar triste ahora que te vas y vengo a despedirme de ti a despedirte de mí.
Hasta los pies de tu lecho de moribundo me conduce un sendero dorado que refulge en el atardecer.
Por debajo de las nubes que se han llevado la lluvia lejos, hacia el norte.
Vuelo hasta ti y me deshago por el camino.
Engullo balas de algodón para luego convertirlas en luciérnagas.
Devoro la brisa empapada del aroma de los naranjos que florecen en las cunetas.
Mamá siempre dijo que eras un sol, pero no es cierto y fuiste mi noche y el mañana es para mí y el ayer será tuyo.
El sendero plateado bajo las estrellas.
Existe un hueco más allá del último astro y allí es adonde iré.
Contigo.
Por detrás de la estrella menos rutilante del hemisferio.
La luz allí no me cegará.
Buscando una paz que me has negado siempre.
Papá sólo quería lo mejor para ti.
Una infancia mágica.
Una adolescencia liviana.
Una carrera futurible.
Un trabajo rentable.
Una madurez plácida.
Una esposa entregada.
Una casa con jardín.
Una familia modelo.
Y tú lo tenías todo.
Y yo nada.
Me arrinconaste desde que te amoldaste a los deseos de papá no me diste opción a ser yo mismo me ocultaste detrás de un mascarón.
O de una columna de un pilar de un edificio de gomaespuma.
Allí me escondiste siempre.
Siempre en tu misma habitación en la bañera contigo en tu misma cama.
Durante años y años.
En aquel entonces sólo tenía la posibilidad que me ofrecían tus duermevelas.
Allí es donde yo adquiría poder donde jugaba en los campos de fresas y pensaba que al día siguiente sería diferente.
Que todo iba a cambiar.
Que por fin iba a ser.
A tu lado.
Contigo.
Siempre.
Pero nunca hubo mañanas para mí.
Hasta hoy.
Ahora seré libre aunque tenga que compartir tu suerte.
Atrás quedarán los días aciagos de soledad de pena infinita y congoja de sombra a tu sombra de alas recortadas de frustración.
Renunciaste a mí por complacerles a ellos, y, al final, lo estás pagando.
Ya lo has pagado.
El precio del éxito es el primer fracaso.
Ahí no hay supervivencia si no te acompaño yo.
Me relegaste me marginaste me ignoraste pero no pudiste deshacerte de mí.
Jamás pudiste abandonarme.
Bajaste la guardia ayer.
Pensaste que no podía contigo.
Pero en todo este tiempo me he hecho fuerte.
He aprendido a agazaparme.
Te sorprendí distraído en uno de tus vacuos divertimentos y nos lancé al abismo.
Y ese pitido intermitente está dando paso a un sonido continuo a una línea verde que marca el principio del fin y el inicio de tu viaje sin retorno.
Y yo viajaré contigo a los infiernos, porque comparto tu cuerpo aunque seamos mentes distintas.
Distantes.