jueves, 18 de septiembre de 2008

Para que no se diga que todo es guerra

Un fragmento de Placebo 5, escrito al tiempo que se desencadenaba esa guerra sin cuartel:

"Abre los ojos. La silla es demasiado cómoda y está cansada. La maldita regla. Ya va para el cuarto día y todavía le está dando la lata. Se levanta mientras recuerda el sueño. Tendrá que preguntarle a Casimiro. Casimiro, el camarero de la cafetería de la facultad, es un fanático de Freud. Se sabe de memoria La interpretación de los sueños. No ha estudiado psicología pero sabe más que ningún psicólogo que haya conocido. Es su confidente, con su calvita brillante y sus ojos saltones. Seguro que él le puede dar alguna pista acerca del significado. ¿Un huevo? Abre la puerta del armarito del cuarto de baño y coge un sobre de Espidifén. Lo prepara en la cocina. Se lo bebe y vuelve a sentarse frente al ordenador.

No hay futuro

No hay futuro

No hay futuro

No hay futuro. Es increíble lo que puede conseguir un simple signo de puntuación. La diferencia insalvable entre la esperanza y la resignación. Un No hay futuro abierto, condicional, dependiente. Un No hay futuro. tajante, radical, definitivo. No hay futuro. para Claudio, pagado de sí mismo pero tan ingenuo al mismo tiempo. Siempre envidió su carisma, pero despreció la poca profundidad de sus afirmaciones, el poco calado de sus opiniones. Juan Carlos siempre duda. Con él, nunca se sabe. Con él es un No hay futuro sin signo de puntuación. Tampoco lo hay, pero el final está abierto. ¿A dónde vamos?

Cierra los ojos y quiere volver a soñar. Ya ha pasado lo peor. Ya ha puesto el huevo. Quiere incubarlo. Cierra los ojos y se fuerza a pensar en él. Como hacía de pequeña con Los Simpson. Le gustaban tanto que siempre se acostaba pensando en lo que disfrutaría si lograra soñar con aquellos personajes amarillos. Si deseas con todas tus fuerzas soñar con algo, lo acabarás consiguiendo, le había dicho su padre. Pero no le había advertido de los peligros. Una noche, después de muchos días de intentarlo, lo logró. Soñó que asistía con los Simpson a una cena de Acción de Gracias. Homer le daba asco, Burt era insoportable y Marge era una histérica. Y Lisa, su adorada Lisa, resultó ser una repelente que no paró de meterse con ella todo el tiempo que duró la cena. Para colmo, el pavo era de plástico. Nunca más volvió a soñar con los Simpson, ni volvió a verlos en la televisión, ni volvió a desear soñar nunca con ningún personaje de ficción. Y ahora desea soñar, otra vez, con ese huevo que tanto esfuerzo le costó poner en un sueño anterior. No tiene sentido. Mantiene los ojos cerrados. Quiere incubar ese huevo, ver qué o quién rompe el cascarón y se asoma como un polluelo a la vida. Desea que sea un ser humano. El primer ser humano nacido de un huevo de verdad. Un huevo de mujer, con su yema y su clara.

No hay futuro"

Parte de guerra de las 00:00. Último parte de guerra.

Hoy, desarmado ese ejército de 50.000 palabras, sólo quedan 200 páginas que, desde esta atalaya de Aldán, se contemplan a sí mismas e imploran que alguien más que su autor les haga, algún día, un poco de caso.
La guerra ha sido larga; el desgaste, infinito; las víctimas, numerosas; los daños, cuantiosos.
Ahora, "andando poquito a poco", llega el momento de la reconstrucción, del maquillaje, de encalar el producto final y darle un aspecto aseado y pulcro, coherente. Si es que eso es posible.
Dentro de poco, estos hechos que aquí se han contado pasarán al olvido, y sólo quedará el fruto maduro, crecido de la sangre derramada. Y ese fruto pronto se pudridrá, y pasará, a su vez, al olvido, y así ad nauseam, porque la vanidad no conoce límites, y por eso hay arte, ensayo y cine de arte y ensayo, pero solo perduran en la memoria Mortadelo y Rosebud.
Aun así, el Barón agradece las muestras de apoyo y solidaridad recibidas durante estos días de sudor y lágrimas por parte de sus visitantes. Mañana, al sol de Barra, promete acordarse de todos ellos y darse un chapuzón en su honor.
¡Gracias!

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Un cadáver no exquisito

Por petición de uno de sus invitados (y en relación con el texto hoy publicado en su blog) el Barón ofrece a sus lectores uno de los fragmentos caídos en esta semana trágica de Aldán:

Pero ¿es relevante para la democracia el tema de la verdad? Según Rorty, no. La política democrática es compatible con la negación de las premisas universalistas. Rorty concuerda con Habermas en su reproche a Foucault: “Es la exaltación de un tipo de libertad imposible, inexpresable, ‘sublime’ –un tipo de libertad no constituido por el poder- lo que impide que Foucault pueda reconocer los éxitos de los reformadores y comprometerse con una reflexión política seria sobre las posibilidades que se abren para la democracia del estado del bienestar” (ob. cit.: 82), pero, en cambio, rechaza las razones de Habermas, porque considera agotados los términos weberianos modernidad y racionalidad, y la esperanza de que la filosofía pueda estar por encima de la política. El concepto kantiano de obligación incondicional, retomado por Habermas, ya era, por otra parte, rechazado por Dewey, para quien todas las obligaciones eran condicionales y situacionales.


En suma, que es probable que esta guerra sirva para aliviar a los futuros lectores del Barón de un ladrillo insoportable.

Parte de guerra de las 12:30

La masacre es imparable. En una mañana han caído más de 2o.000 palabras. Gran parte de la 2ª columna y todo un batallón de la 3ª.
Aun así, sigue siendo necesario eliminar buena parte de la 1ª columna.
Después, habrá que recomponer el campo de batalla, que supondrá un trabajo ímprobo.
Esperemos que todo esto tenga algún sentido.

martes, 16 de septiembre de 2008

Parte de guerra de las 20:45

La batalla está siendo enconada. Esta tarde han caído 6.000 palabras más. Se ha bajado el promedio a 9.500 palabras al día. El desgaste ha sido grande y es posible que no se alcancen los objetivos estratégicos fijados al inicio de la campaña. Pero la suerte está echada.

Parte de guerra de las 14:00

La batalla está siendo encarnizada. La resistencia de la 2ª columna está siendo tan tenaz que ha sido necesario maniobrar en el campo para romper la unidad de las tropas enemigas. Ahora están descolocadas y es cuando hay que aprovechar para fustigar sus puntos más vulnerables. Han caído 3.000 palabras.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Parte de guerra de las 19:10

El ataque contra la tercera columna ha sido furibundo. La estrategia de concentrar el ataque sobre el flanco débil ha surtido efecto. Se han ocasionado 7.000 bajas en el cuerpo del texto. Se mantiene el promedio fijado a primera hora del día (10.000 palabras por día).
Pero mañana la historia será diferente: la segunda columna, integrada por 54.000 efectivos, debe ser reducida a la mitad. Es posible que la batalla dure varios días.
La moral de la tropa está alta. Es el momento de atacar.

Parte de guerra de las 13:30

Las líneas han sido sometidas a un intenso bombardeo. El primer objetivo ha sido alcanzado: han sido exterminadas todas las notas al pie. En la maniobra han caído, de forma colateral, 3.000 palabras.
El fuego se concentrará a partir de ahora en las columnas 2 y 3, el grueso de las fuerzas enemigas. La batalla será larga y difícil.

50.000 palabras: crónica del verbicidio

La semana se despliega ante el Barón como un gran campo de batalla. Mejor dicho: como un campo de exterminio. En cinco días, 50.000 palabras (10.000 palabras por día) nacidas de su propio magín o tomadas de otros lugares, cuidadosamente seleccionadas, laboriosamente encajadas en un texto durante los últimos cinco años, deben ser sentenciadas a muerte. No es tarea fácil: a la dificultad de condenar a las menos relevantes, a las más inútiles, se suma el significado restante; lo que van a decir las supervivientes sin sus compañeras de viaje hasta esta misma semana. Algunas tendrán que hacer un esfuerzo e intentar decir por sí solas lo que antes decían unidas a otras. Otras quedarán huérfanas y será difícil que vuelvan a ser lo que eran.
Es un proceso de reducción con un objetivo claro: que el texto siga diciendo lo mismo con 100 páginas menos, pero es difícil. Lo que nació como una gran manta, que después pasó a ser una mantita de sillón, acabará convertido en un chal o una bufanda: su función no puede ser la misma, pero también aliviará del frío.
El Baró(n)metro marcará al término de cada jornada las evoluciones de esta campaña. Hoy mismo, por la noche, se hará público el primer recuento de bajas.
Una oración por las almas de las que van a morir.

viernes, 5 de septiembre de 2008

A primeira réplica...

...debémoslla á Duquesa de Belflor, flor de indiscutíbel talento (a ver cando se anima cunha montaxe de vídeo):

esa hormona que me dis,
que se chama non sei como,
voucha quitar eu de jolpe,
dandote cun pau no lomo.

que te collo polos pelos
e te arrastro polo chan,
que non vas a poder sentarte,
no que queda de veran.

que saliche ti moi cuco,
e ela moi pillabana,
e calquera escusa e boa
para acabar nunha cama

O gran Igor Lugris

O Barón ten o gusto de convidar aos seus visitantes a participaren da poesía de Igor Lugris, a quen se lle está adicado o último número da Revista das Letras.

Noraboa, polo recoñecemento que supón, ao antigo compañeiro de andanzas escolares, anfitrión de tantas noites no Artefacto Burbur e, agora, cibercompañeiro de blog.

Ai o alelo (334)

(Para cantar con música de taberna)


Non me botes máis a culpa
de eu andare sempre quente
mira que son home frío
e tamén son moi decente.

Ai o alelo, ailalala, ai o alelo ailala (etc.)

Que son cousas dunha hormona
din que da vasopresina
que non teño máis remedio
que mirar para a veciña.

Ai o alelo, ailalala, ai o alelo ailala (etc.)

Xa que o sabes contareicho
pois comigo estás casada
teño un xen aventureiro
e non podo facer nada.

Ai o alelo, ailalala, ai o alelo ailala (etc)


[O Barón publicará neste blog todas as aportacións (réplicas, contrarréplicas, ampliacións) que reciba para facer crecer esta fermosa canción popular]

lunes, 1 de septiembre de 2008

Londres: lo mejor y lo peor

Lo mejor:

1. Los pubs, por su estética armoniosa, su variedad cervecera y su ambiente entrañable. Los mejores lugares para las reuniones al cabo del día, o para hacer un descanso en mitad del ajetreo.

2. Los parques: y, puestos a elegir entre el modelo "campo de golf" (Hyde Park), y el modelo "jardín obsesivo" (Regent's Park), el Barón opta por éste último. De imitar a la naturaleza, mejor hacerlo sin máscaras. Recomendable una siesta de media hora al sol de la tarde.

3. La National Gallery: una gozada.

4. La cúpula de Saint Paul: vista privilegiada desde lo más parecido al centro vertical de la ciudad, allí se aprecia en su conjunto el puzzle arquitectónico de la City y el ánimo pragmático que impregna el urbanismo londinense.

5. El conjunto de Westminster: sin contar el pastiche de la catedral (a mitad de camino entre una mezquita posmoderna y una iglesia inacabada), el Parlamento, el Big Ben y la Abadía responden a las expectativas. Allí se tiene plena consciencia de estar en esa ciudad.

6. El espectáculo turístico-nostálgico-mitomaníaco-esperpéntico en Abbey Road. Pronto podremos ver (esperemos) en este blog, algunas imágenes del fenómeno.

Lo peor:

1. La conversión de la ciudad en un gigantesco centro comercial. El dinero y el negocio lo invaden todo. Se nota que un día fue el centro del mundo capitalista, y se nota que la salida posmoderna está siendo una huida hacia delante. Ejemplo: Carnaby Street, antaño centro de la movida alternativa, hoy pasaje comercial. Otro ejemplo: los punkies de Candem Town anunciando la tienda de las Dr. Martens.

2. Highgate: aparte de lo ilustre de la tumba de Marx, está descuidado y no responde al arquetipo de cementario inglés. Se preocupan más de los vivos que de los muertos (y, probablemente, hacen bien).

3. No hay animadversión contra los turistas (el Barón también lo era) pero sí contra aquellos que recorren el British y entran en las salas con la cámara de fotos por delante. ¿Una foto de la piedra de Rosetta? ¿Que sentido tiene eso? Ojalá lo prohiban algún día.