miércoles, 29 de octubre de 2008

Fragmento de Placebo 7 (a falta de otros frutos de un espíritu hoy exprimido)

-A ver, Luis –dice Nicanor sin mover un músculo. –En la vida no hay cosas más serias que otras. O te lo tomas todo en serio, o no te tomas nada, y entonces estás dispuesto a cualquier cosa con tal de vivir la vida. Y eso es muy serio.

Luis reflexiona sobre las palabras de Nicanor, pero no llega a ninguna conclusión.

-Me pierdo –reconoce con resignación.

-Hubo un tiempo en que la vida era una disyuntiva constante, -prosigue Nicanor-. Como un camino en el que constantemente tuvieras que elegir una alternativa. Apenas había tiempo para pensar, para decidir.

-Ya –asiente Luis.

-Podías pensar unos segundos, pero entonces tenías que detener la marcha antes de seguir el rumbo elegido. ¿Me sigues?

-Sí, claro.

-Y no había vuelta atrás. Pero eso ha cambiado. Ahora hay una libertad que antes no había.

-¿Y eso que quiere decir?

-Ahora, en teoría, todo va más rápido; la vida nunca se para.

-Eso es verdad.

-Pero eso es la apariencia que oculta la realidad. Fíjate en las carreteras.

-¿En las carreteras?

-Sí. Antes, si te pasabas un desvío, no había más remedio que detener el coche y dar la vuelta donde pudieras. Había una parada y una rectificación.

-Sí.

-Pero, ahora, ha llegado a nuestras vidas un invento sensacional, revolucionario.

-¿Cuál?

-Las rotondas.

-Y, ¿qué pasa con las rotondas?

-Pues que no hay que parar la marcha. El mundo no se detiene, pero eso no significa que tengas que tomar decisiones irreversibles en décimas de segundo. ¿Que te pasas el desvío? Pues das otra vuelta mientras te lo piensas. Y así hasta que te decidas. Las rotondas te dan oportunidades infinitas. Y así es la vida hoy en día. No para nunca, pero siempre habrá otra oportunidad.

-Entonces, ¿el plan sigue en pie? –pregunta finalmente Luis.

-Pues claro.

-¿De qué plan estáis hablando? –pregunta Lucía.

jueves, 16 de octubre de 2008

Solucións

Un visionario artigo do líder de Siniestro Total coa mellor solución para sairen da crisis: deixalo todo en mans dos galegos.

martes, 14 de octubre de 2008

La clave

"La sociedad actual no fue la forma natural en que evolucionó la vida humana; ha sido una creación del hombre ya mentalmente desarrollado, sin la cual no se puede concebir su propia existencia. Lo que se plantea es, por tanto, si el ser humano podrá sobrevivir al privilegio de poseer una inteligencia creadora".

Fidel Castro, La ley de la selva

viernes, 10 de octubre de 2008

Angostura

En días recientes, por motivos relacionados con determinadas lecturas y actos, vuelve al Barón una sensación que nunca le ha abandonado, aunque a veces permanezca soterrada, latente.

Es la sensación que proporciona no tanto esta vida más o menos plácida, más o menos cómoda, más o menos sin sentido, sino su comparación con otras épocas, a partir del ejemplo de la generación que nos precede, esas gentes nacidas en un período sombrío y triste (o poco antes, o poco después), que supieron luchar contra el destino y sobreponerse, que pudieron (es cierto, quizás no sea tanto una cuestión de voluntad como de circunstancias) marcarse una meta, darle un sentido nítido a sus vidas, un horizonte, un objetivo existencial concreto.

Una generación de luchadores, de hombres y mujeres que tuvieron la desgracia (o la suerte, en un sentido existencial) de vivir una vida marcada por la atmosfera asfixiante de la España más negra y opresiva. Esos hombres y mujeres que supieron (ellas más, porque lucharon frente a una doble opresión), en un momento dado, adaptarse a esa circunstancia, buscar la luz al final del túnel. Todo esa vida, como dice Manuel Martínez en su “Homenaje a Barcelona”, plena de vigor intelectual y solidaridad, por contraposición a esta época nuestra, tan conformista y mediocre, en la que no se vislumbra qué forma de lucha es la más adecuada para salir del atolladero y las relaciones sociales se multiplican en una red más y más compleja a la vez que el individuo se atomiza y se aísla en ella.

Decía Vázquez Montalbán que contra Franco se vivía mejor; al Barón no le cabe la menor duda, porque él se refería a un aspecto fundamental, que es la necesidad humana de dar un sentido social (y político) a su vida. Hoy ese sentido es profundamente privado (y, por lo tanto, apolítico), como la promoción profesional, el cuidado de los hijos e incluso el arte concebido como experiencia íntima. Cuando no es así, el sentido social de la existencia se centra en la vida comunitaria; es un acto social, sí, pero con un extravío importante respecto a lo que éste debería ser: la gente se junta para beber y fumar, como siempre, pero el objetivo último, lo que siempre está más allá, no es el afán de transgresión (como antes). No se va al cine ni se lee un libro para salir de él con preguntas ni con respuestas, ni con dudas ni con certezas, se va al cine o se lee un libro para pasar un buen rato y olvidarse de los problemas reales, materiales, prácticos e inmediatos, que siguen estando ahí (¡claro que sí!) pero cuyo origen ya no es nítido, ni su causa concreta. Pero el objetivo ya no es buscar el origen y la causa de esos males, sino evadirse de ellos, olvidar conscientemente, huir de la ansiedad que produce ese vacío, esa ausencia de fronteras que transgredir, que se agranda con el paso del tiempo y con la cada vez más cierta y próxima disolución de la humanidad en el caos por ella misma provocado.

¿Quién permanece a salvo de todo esto? Los que nunca han cambiado su modo de vivir, los que siempre han sido conformistas, los que siempre han situado su horizonte vital en las proximidades, los que habitan en el valle y no ven más allá de las montañas que lo envuelven, los que no son ni más ni menos felices (salvo circunstancias vitales puntuales y al margen de las comodidades que proporciona el “progreso”) que sus padres ni que sus hijos. Nadie les debería reprochar nada a los habitantes del valle, pero el Barón siempre admirará a esa generación de luchadores que le precede, a esos hombre y mujeres que buscaron, y siguen buscando, la salida del valle más allá de las montañas.

jueves, 9 de octubre de 2008

Veinte palabras problemáticas

Ésta es la lista de las 20 palabras que, según una página web (SpinVox), más les cuesta pronunciar a los españoles:

1. Viniste - veniste
2. Trastorno - transtorno
3. Prejuicios - perjuicios
4. Idiosincrasia - idiosincracia
5. Sarpullido - zarpullido
6. Ineptitud - inaptitud
7. Madrid - Madri
8. Esparadrapo - esparatrapo
9. Helicóptero - helicotero
10. Fortísimo - fuertísimo
11. Croqueta - cocreta
12. Tortícolis - torticulis
13. Popurrí - pupurri
14. Pobre - probe
15. Restricción - restrincción
16. Haya - haiga
17. Mahonesa - bayonesa
18. Pamplona - plamplona
19. Solidaridad - sodilaridad
20. Institucionalización - institutonalización

La mayoría son ya conocidas, desde luego. Algunas hasta es difícil decirlas mal (¿sodilaridad?) pero hay una que más bien parece increíble: ¿acaso es más fácil decir Plamplona que Pamplona?

miércoles, 8 de octubre de 2008

Fuera máscaras

Por fin alguien se digna a sacarse la máscara y decir en público lo que piensa. En el telediario del lunes, Jesús Álvarez, concursante de "Mira quién baila" que también ejerce como periodista deportivo se atrevió a decirlo claramente. Su compañera le dio la entrada a la sección deportiva con un comentario inocuo: "Ha sido una jornada extraña, con esa goleada al Atlético (por parte del Barça) y con el empate del Madrid (frente al Espanyol)". ¿Cuál fue la entrada?: "Sí, no ha sido una buena jornada para los equipos españoles".
Lo cierto es que el Barón vio ese telediario y realmente no notó nada extraño hasta que leyó que el comentario se había convertido en noticia en los periódicos, y piensa como Jesús Álvarez: ¡¡Abajo los equipos españoles!! (aunque, si el Español no es español, ¿qué carallo es?)

martes, 7 de octubre de 2008

La selección natural

Dicen que la naturaleza es sabia, pero no es cierto. Si lo fuese, no habría permitido que el Homo Sapiens sobreviviese como especie gracias a su intelecto. Ahí se acabó la historia de la Tierra y empezó la del hombre. De entonces a ahora, una huida hacia adelante, un callejón sin salida en el que, cada vez de forma más acelerada, constreñimos a los demás seres vivientes a sobrevivir en reductos de naturaleza que acabarán convertidos en parques zoológicos de lujo. Ni siquiera criaturas como ésta, tan tiernas y, supuestamente, tan bien adaptadas (puede ver en la oscuridad y girar su cabeza 180 grados, como los tanques de EEUU en Irak) existirán ya, así que pasen unos pocos años. Salve, humilde tarsero. Mala época te ha tocado vivir.

lunes, 6 de octubre de 2008

Despertarse en la noche borrascosa

Las contras se abrieron y allí estaba ella, con su traje oscuro y sus churretes de cristal. El anticiclón ha abandonado Compostela para emigrar al sur.
Demos la bienvenida al primero de los sucesivos frentes borrascosos que vendrán a visitarnos de aquí en adelante, durante los próximos meses, con puntualidad británica, unos más efusivos, otros más tímidos, cada uno con su personalidad.
Si es cierto que Europa es nuestra casa común, Galicia es la portería: por aquí pasan todos los visitantes; algunos llegan hasta el fondo, otros sólo vienen a dejan un paquete; algunos vienen a dar un recado y se marchan, otros son los típicos que no se van nunca y que hay que acabar echando con indirectas y sortilegios. Pero esto es la salsa estacional de la vida.