jueves, 20 de noviembre de 2008

La escritura

Quizás la diferencia estribe en quién concibe la escritura como un acto de frivolidad y quién como un acto terapéutico.

Quién como un apéndice de la vida y quién como un refugio ante la adversidad.

El año próximo se publicará un relato del Barón en un libro colectivo, aunque la buena noticia apenas merece su disfrute ante la lógica aplastante de la naturaleza que ha golpeado por dos veces en la aldaba de palacio. Ni aun así perderemos nunca de vista el espíritu esperpéntico que se pavonea por el jardín, ni la capacidad de conjurarlo a través de los visillos.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Una pequeña frustración

Placebo, de momento, seguirá siendo Placebo. Ahora que, inspirado por la preparación de las vacaciones de Navidad, el Barón había encontrado el título perfecto para su engendro novelístico-esperpéntico en marcha, descubre que tal título ya existe, publicado por Planeta en 1975, escrito por Ángel Palomino y, lo que es peor, con una temática semejante (aunque ambientada en otros contextos). El Barón se dispone a buscar la susodicha novela y exorcizar así cualquier espíritu diabólico que pudiera anidar en las viejas columnas de libros apiladas en los almacenes de las librerías con solera. La intención es leerlo en esos días que darán carpetazo al año en curso, a buen seguro acompañados de sol, agua, naipes y otros pasatiempos menos inofensivos para nuestros hígados respectivos.

martes, 4 de noviembre de 2008

Obama is different?

Hay dos personajes en contienda:
Uno encarna los valores de la América profunda, el esfuerzo individual, el espíritu de frontera, la providencia divina y todos esos cánceres ideológicos que no van a desaparecer gane quien gane y que, mientras aniden en buena parte de la población del estado más poderoso del planeta, llevarán a éste por la senda de la autodestrucción.
Otro encarna parcialmente esos valores, pero también representa un concepto diferente de la ciudadanía e, incluso (aunque poquito) del papel de los EE.UU. en el mundo. En todo este tiempo como personaje público ha dado muestras de su inteligencia y preparación, ha hablado de problemas que ningun candidato había mencionado antes (la proliferación de armas de fuego, la desigualdad económica intolerable).
El Baron, gracias a la ausencia de televisión, ha tenido oportunidad de escuchar este mediodía un fragmento de un discurso de Obama y ha de reconocer que tiene gancho, carisma y fuerza. Como nunca había visto (ni escuchado) en un político estadounidense.
Aun así, el Barón confiesa que poco le importa el resultado de las elecciones en EE.UU., porque la experiencia nos dice que no suele tener trascendencia. Sin embargo, W ha demostrado que quizás no sea lo mismo una cosa que la otra. Obama también puede que tenga la ocasión de demostrar (si ese sustrato social lunático no se impone en las elecciones) que, efectivamente, puede que no sea lo mismo. Si es capaz de imponerse a los intereses del Gran Capital y si algún fanático con un rifle o una bomba no se interpone en el camino.
El diagnóstico final: es probable que nada cambie gane quien gane, pero es seguro que nada va a cambiar si gana McCain.

lunes, 3 de noviembre de 2008

El hueco

Qué triste y desamparado queda el hogar del Barón sin ese aparato tan denostado pero del que tanto cuesta privarse. Esa caja tonta que era la única ventana al mundo hasta la aparición de Internet.
Ahora está en la UCI y el Barón confía en su curación: ojalá no sea necesario un trasplante, ya que se trata de un modelo en extinción.
Durante los próximos días, el hogar del Barón permanecerá ajeno a algunas cuestiones cruciales que se dirimen en el mundo: si el nuevo corazón del imperio será negro o blanco, si Cretinia será admitida en la cumbre, y lo que es peor, si el Barça proseguirá su racha victoriosa en la Champions...
Que sea para bien...