jueves, 31 de julio de 2008

All you need is love (Placebo 3)

Escribir es ordenar el mundo irreal que todos llevamos dentro. Inventar. Pero empieza el Barón a desesperarse porque qué hacer cuándo sólo el título de este nuevo capítulo del proyecto Placebo está claro. La escena: tributo a los Beatles en una fiesta de un hotel turístico, baile y psicodelia, alcohol, mucho alcohol, brainstorming entre los dos protagonistas y un camarero alemán inmigrado (inspirado en aquel Marco del American Palace, que alguno recordará), tensión sexual, cambio de pareja frustrado, teorías de pacotilla y un deje arrastrado en los actos y las palabras. Sillas que se rompen.
Veremos si el tributo a los Rolling de esta noche aporta alguna luz a la escena.

lunes, 21 de julio de 2008

Master & Comander


Al otro lado del mundo.
Hay quien nace capitán, hay quien nace marinero.
Finalmente, hay quien no ha nacido para dar órdenes,
pero tampoco para cumplirlas como es debido.
Pobre Barón, siempre a punto de sucumbir a los golpes de la botavara.
Pero ahí está, esperando ese soplo de viento que le haga llegar a buen puerto.

lunes, 14 de julio de 2008

Recomendable

Una nueva contribución al debate en torno al manifiesto por la lengua o como se llame. Divertido.

jueves, 10 de julio de 2008

Proxecto Nijinski

Estamos de noraboa. Xa está en marcha o Proxecto Nijinski. O Barón anima aos seus visitantes e invitados a participaren dos retos e desafios que O Home de Vidro nos vai plantexar de agora en diante.

Primeiro reto: como volver tolo a alguén? (xa está demostrado que non basta co ácido bórico)

miércoles, 9 de julio de 2008

Saber perder

Saber perder es una red de historias; un arrastre en el que el autor ha capturado cuatro grandes especímenes (y algunos secundarios) con sus correspondientes trayectorias, circunstancias y relaciones. Con ello pretende demostrar que, como en una estadística, muy pocos son los que alcanzan ese éxito o triunfo a cuya veneración constante se nos obliga. Entre sus capturas hay uno de esos ejemplares elegidos para la gloria, pero incluso éste acaba fracasando en la conquista de su sueño.

La red de Saber perder es especial: todos acaban saliendo de ella, pero ninguno lo hace en el mismo estado en el que ha entrado. Las capturas sufren fracasos vitales ineludibles (la vejez, la enfermedad) y casi ineludibles (desamor) que no es lo mismo, pero es igual. También hay fracasos sociales (caídas y tropezones profesionales) y morales (el crimen, la falta, la perversión).
Todos fracasan, pero casi ninguno se hunde (un par de pequeñas capturas secundarias mueren en la red, de forma natural o inducida, nuevos fracasos que se suman a sus trayectorias truncadas). Casi todos, entonces, acaban saliendo de la red: es inevitable.

No hay lecciones en Saber perder, sólo la certeza de que escasean las certezas, la certidumbre de que nos movemos con torpeza dentro de estos cuerpos, como las capturas en la red, que podríamos ser cualquiera; la falsa creencia de que nos marcamos un rumbo y lo sabemos mantener, y no de que somos cardumen a merced de las mareas y corrientes, guiados ciegamente por un instinto colectivo al que nos gustaría oponernos.

Pero esta incertidumbre es hoy nuestra condición de posibilidad y nuestro límite. No hay posibilidad de fracasar cuando no se tienen expectativas. Quizás el secreto de Saber perder no sea tanto saber admitir el fracaso en la conquista de nuestros sueños y sobreponerse a los golpes, como humanizar la medida de esos sueños,
reducirlos a una mínima expresión,
más pequeña que un hogar,
que una familia,
que un amor.

Situar el éxito, cualquier éxito, fuera de nuestro alcance.

Quizás así no haya golpes, ni fracasos.

lunes, 7 de julio de 2008

Respuestas

En este artículo (de hoy) y en otro, publicado el sábado (no he podido encontrar el link) podemos encontrar algunos argumentos interesantes para contrarrestar los exabruptos del ya famoso Manifiesto por una lengua común (cofirmado, hasta el momento, por unos 30.000 españoles).
También hay lugar para la ironía, en el blog de Igor.
No es casualidad que el dichoso manifiesto haya visto la luz aprovechando el tirón del "juntos podemos". Si ya lo decía el Barón el otro día...
La gran pena del Barón es: ¿qué pinta el bueno de Delibes en compañía de tipejos como Savater, Ramoncín, Boadella y Pérez-Reverte?
Señor, señor, vivir en Cretinia es como compartir piso, solo que algunos se creen que el piso es suyo y los demás estamos ahí de favor.
Como sigan así, es mejor que cada uno se vaya a su casa. Para que luego digan que los que queremos irnos somos nosotros.