Cretinia es Cretinia. Resulta que la Interpol de Suiza avisó hace tres días de que el gourmet desaparecido andaba por allí, sacando dinero en los cajeros, pero el enlace de los mossos con la Interpol estaba indispuesto. ¿Había alguien sustituyéndolo? No. Y así se formó el despliegue que se formó ayer...
Por cierto, a esta noticia le falta una frase al final de todo: "Y que pagara la cuenta".
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