martes, 21 de julio de 2009

Hijos de la mar

Ha pasado demasiado tiempo sin vida este blog. Pero ésta siguió y hubo grandes recorridos: a la mística románica de San Juan de la Peña, a la amargura de Collioure, al bullicio medievaloide de Carcassonne, a la alegría surrealista de Cadaqués, a la de toda la vida, a la melancolía rachel de Redonda y sus resultados, que, una vez más, el Barón colgará próximamante, al jolgorio de San Xoan y San Pedro (incluidos accidentes que incitan a rebobinar cuando ya es tarde), a la vida seudotropical de Barra, a la nostalgia sesentera de Murakami, a la neolítica de Forno dos Mouros, a la familiar a secas...

Cuántos acontecimientos se nos ocultan de su forma, camuflados en el cotidiano discurrir de los días, y así van pasando las cosas y las gentes a nuestro alrededor, hasta que llega la hora de la partida.

No hay comentarios: