viernes, 26 de octubre de 2007
Sociedad del espectáculo III
Sociedad del espectáculo II
No había cámaras.
Y que haya gente que sigue creyendo en un dios bondadoso...
jueves, 25 de octubre de 2007
Sociedad del espectáculo
La víctima de una sociedad enferma convertida en verdugo. La víctima real de la agresión. El testigo. La película, visionada por millones de personas.
Desde entonces, apariciones televisivas del agresor, encarnando a la perfección a su personaje. Los juzgados rodeados de flashes y periodistas. La víctima, oculta bajo el pixelado. La jueza que lo liberó en primera instancia, convertida en cómplice de la agresión. La fiscalía que interviene para enderezarlo. Para hacernos creer que así podemos sentirnos más seguros.
Lo que no entra en cámara no ha sucedido. Las protestas de algunos por la pasividad del testigo, y el testigo que se rebela aduciendo que la escena en que socorre a la víctima no ha sido emitida por los medios. No se conforma con el papel secundario. O pretende resarcirse de la cobardía que le atenazó, y que atenazaría a cualquiera, por mucho que digan.
Los medios construyen la realidad a medida de una sociedad ávida de espectáculos en vivo. Los medios nos construyen. Y las personas nos convertimos en personajes del drama cotidiano de un mundo que se consume a sí mismo, como el oso hormiguero de Yellow Submarine.
Todo es tan patético...
martes, 23 de octubre de 2007
Las olas
Serán fuentes de energía renovable, pero, ¿qué pasa con la energía que muchos buscan en la contemplación de nuestras hermanas azules?
Será así porque así lo queremos todos, haciendo o dejando hacer...
miércoles, 17 de octubre de 2007
MQM
Quintana-Martelo juega el doble juego de la pintura: una realidad apresada en dos dimensiones, agolpada contra una superficie plana, y otra realidad que se niega a no ser representada: la de la propia acción del artista, plasmada en los propios útiles (los botes de pintura, los platos de mezcla, las brochas y pinceles), pero también en los despojos.
Action Painting y naturalismo; a la vez.
Todos los momentos del momento sincronizados.
martes, 9 de octubre de 2007
Seis razones para amar a Belén Gopegui
Porque su estilo es como mirar desde las rocas de una playa tranquila: ves las algas, ves los peces y ves la arena del fondo, pero el agua refleja las nubes y el sol.
Porque da voz a quien no la tiene: los cuerpos sociales como productos resultantes de una agregación de individuos, y no de una simple adición. ¿No es toda una aventura convertir en personaje de Lo real a un "coro de asalariados y asalariadas de renta media reticentes"?
Porque sus argumentos son catalíticos, como sucede muchas veces en nuestras vidas. Que un amigo te pida dos millones de pesetas para ayudarle a reflotar su empresa es el paso previo a una reflexión en torno a la frustración de los ideales de juventud y a las contradicciones de la clase media, pero siempre queda la esperanza de la conquista del aire. Que un ecuatoriano te eche en cara que le han despedido del trabajo por culpa de tus quejas puede dar lugar a un seismo ético, sobre todo cuando hay una moral subterránea en movimiento.
Porque sus temas nos consuelan (al vernos reflejados en ellos) al tiempo que nos inquietan (al vernos reflejados en ellos).
Porque sus metáforas son finas y brillantes como el filo de un cuchillo: "Cuarenta y cuatro años y ni una sola respuesta, no lloraba por autocompasión, dejaba que las lágrimas saliesen como alguien deja entrar el agua en un barco sin achicarla, hasta que el barco empieza a hundirse y no queda más remedio que nadar"
lunes, 1 de octubre de 2007
Infracosmos
Ni la memoria de veinte generaciones alcanzaría para recordar en qué momento la estirpe familiar se trasladó a la capital. Ni yo, ni mis padres, ni los padres de mis padres conocimos nunca el mar. Hace mucho tiempo que las mejores oportunidades están aquí, pero hay que pertenecer al selecto grupo de los elegidos para poder aprovechar todo el potencial que estas tierras ofrecen. Desde mi atalaya contemplo, día tras día, la batalla por la supervivencia de los pobres.
Nosotros contamos con la ventaja del avistamiento previo: el margen de error es mínimo. La clave suele ser la rapidez, porque éstos, pese a todo, acaban encontrando los mejores sitios, pero a qué precio. No siento ninguna compasión. Mejor para nosotros.
No creo mucho en esas leyendas. De poco nos sirven ahora. Esto es la lucha por la supervivencia. Está bien que la escoria sea tratada como se merece.