martes, 31 de agosto de 2010

Conocerás al hombre de tus sueños

El propio Woody Allen ha definido mejor que nadie su última película: una comedia triste. Comedia porque sólo con sentido del humor puedes contemplar la constelación de naufragios vitales que la componen. El diagnóstico no deja opción a la duda: éste es un tiempo de zozobra, en el que, quien no tiene éxito y/o dinero, lo busca sin inhibiciones morales, y quien busca algo (aparentemente) más sencillo, como avanzar en la vida, o escapar de la soledad, no sabe cómo hacerlo, y acaba siendo arrastrado por la miseria moral que le rodea. Nadie se responsabiliza de nada de lo que le pasa: es el destino, y puede que en otra vida, anterior o futura, y no en el piso de enfrente (la escena en la que esto se representa es otra genialidad de Woody), encontremos la anhelada felicidad.
El dinero no da la felicidad, pero su ausencia la dificulta bastante.

viernes, 27 de agosto de 2010

Profundidades, de Henning Mankell

Lars Tobiasson-Svartman es un especialista consumado en su trabajo: mide las profundidades del mar como nadie. Calcula distancias y tiempos con gran precisión. La Marina sueca lo sabe, y cuenta con él para hallar nuevas rutas, más seguras, en el marco de una Primera Guerra Mundial que comienza en el Báltico. Pero no sabe nada más, ni del mundo, ni de sí mismo. Y su exploración se convierte, de forma casi imperceptible, en el sondeo irreversible de su abismo interior.

Lars duerme con su plomada de bronce sobre el pecho. Ella nunca lo abandonará, pero le arrastra hacia las profundidades lentamente sin que él parezca ser consciente de ello. Lars sabe cuánto tiempo tarda un cuerpo físico en llegar al lecho marino; cualquier cuerpo, en cualquier punto del océano. Pero no sabe cuánto tardará él en llegar a ese lecho. No sabe cuánto de profundo es su propio abismo. Ese viaje lo realiza a lo largo de la narración, y cada paso que da, cada decisión que toma, lo aproxima sin cesar a su destino, con gran precisión y a un ritmo constante.

Lars no sabe nada de sí mismo ni del mundo que le rodea; no se reconoce en los demás, pero el contexto en el que inicia su viaje (la vida militar, la guerra más cruel conocida hasta el momento) no le ayuda a trascender esa coraza; más bien le incita a continuar su descenso hacia lo más hondo.

Lars navega en tierra de nadie: es un hombre que reniega de sus orígenes familiares y de su poderosa familia política, pero no se identifica con la amigabilidad de una vida social entre la gente llana, ni puede aspirar a integrarse en el círculo de los elegidos. Busca un sentido a su vida siempre en otro lugar a aquel donde se encuentra: su aventura es un vaivén entre dos polos, simbolizados en dos mujeres con las que comparte una vida paralela, hasta tal punto que deja de ser vida y, al final, deja de ser paralela, arrastrando a la locura a una de ellas (algo que el autor no nos oculta en ningún momento, pues así comienza el libro).

Lars es la encarnación de la emergente clase media europea de principios del siglo XX, la víctima predilecta de la jaula de hierro de la modernidad. Un hombre cuya identidad externa está perfectamente delimitada (la reiteración de su nombre y apellidos a lo largo del libro es un recurso del autor para recordarnos esto), pero su turbulento interior es una incógnita hasta para él.

Profundidades es un cruce entre Ingmar Bergman (la muerte, la soledad y el frío como acompañantes inseparables de la existencia burguesa), y Joseph Conrad y Allan Poe (la exploración como búsqueda de los límites de la razón humana). Lars es un Kurtz de sí mismo, y son las tinieblas de su corazón las que le conducen a la negrura gélida que esconde el hielo del Báltico bajo su blancura infinita.

Profundidades no es un libro recomendable para estados protoneuróticos, salvo que uno quiera perseverar en la búsqueda de su propio lecho abisal. En este caso se recomienda utilizar una plomada, o dejarla en cubierta si queremos verlo por nosotros mismos y sumergirnos a pulmón.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Nietzsche desvistió a un santo (la moral cristiana) para disfrazar a otro (la moral liberal).
Norma Pérez, campesina, activista proderechos humanos y madre de cuatro hijos, ha sido asesinada en Colombia. En los últimos tiempos se dedicó a investigar la mayor fosa común de Latinoamérica (La Macarena), muy cerca de donde EEUU instalará una de sus mayores bases militares. Uribe, antes de abandonar su cargo, la acusó de remover el fango y enturbiar la imagen de la democracia colombiana, garante de los derechos humanos en Latinoamérica.

Menos mal que de todo esto se nos informa cumplidamente en los medios de comunicación, porque, si no, pensaríamos que Colombia y los EEUU son los baluartes de la democracia en América frente a populistas y dictadores bien conocidos.

lunes, 23 de agosto de 2010

“En el mundo hay algunos que no saben nada y estudian para saber, y éstos tienen buenos deseos y vano ejercicio; porque, al cabo, sólo les sirve el estudio de conocer cómo toda la verdad la quedan ignorando. Otros hay que no saben nada y no estudian, porque piensan que lo saben todo. Son de éstos muchos irremediables. A éstos se les ha de envidiar el ocio y la satisfacción, y llorarles el seso. Otros hay que no saben nada, y dicen que no saben nada, porque piensan que saben algo de verdad, pues lo es que no saben nada, y a éstos se les había de castigar la hipocresía con creerles la confesión. Otros hay, y en éstos, que son los peores, entro yo, que no saben nada ni quieren saber nada ni creen que se sepa nada, y dicen de todos que no saben nada y todos dicen de ellos lo mismo y nadie miente. Y como gente que en cosas de letras y ciencias no tiene qué perder tampoco, se atreven a imprimir y sacar a luz todo cuanto sueñan. Éstos dan que hacer a las imprentas, sustentan a los libreros, gastan a los curiosos y, al cabo, sirven a las especierías".

F. de Quevedo, Sueños

jueves, 19 de agosto de 2010

"El desbarajuste en que leo es inmenso. Basta que me empeñe en leer o estudiar algo que me interesa, para que surja de inmediato otra cosa que también me interese y me desvíe. Así soy incapaz de acumular un capitalito cultural en algo en especial.

Si mi cabeza fuera una ciudad, no tendría ningún edificio que llegara más arriba del primer o segundo piso. Estaría llena de portales, escalinatas de acceso, montones de ladrillos y cemento seco, cascotes. Ni un amago de calle urbanizada, alguna tienda de campaña para pasar el rato, ni un solo jardín decente, una planta por aquí o por allá, bastantes geranios, que resisten porque casi no necesitan riego. Sería como una ciudad bombardeada, pero eso sí, considerablemente extensa, lo que aumentaría la impresión de catástrofe".

Iñaki Uriarte, Diarios 1999-2003

viernes, 6 de agosto de 2010

Síntomas de estulticia globalizada 1

Año 2003: Sadam Hussein poseía armas de destrucción masiva con las que planeaba conquistar el mundo, lo que llevó a una coalición internacional a invadir el país y bañarlo en sangre para después reconocer, sin pudor y ante el mundo, que se habían equivocado, ops, lo sentimos, pero ya que estamos nos quedamos y vamos a ver qué hacemos con estos pozos de petróleo.

Año 2010: Mahmud Ahmadineyad y Kim Jong Il están planeando construir un arsenal nuclear para acabar con el estado de Israel (como mínimo) y, quizás, conquistar el mundo. "Debemos impedirlo", es el consejo que nos da el gobierno del estado que nos avisó de los planes de Sadam Hussein, y que, además, es el único en la historia que ha utilizado las armas nucleares, hace 65 años. Quien quiera que guarde 220.000 minutos de silencio: para parar esto no hacen falta palabras.

Test de inteligencia: a) Me creo lo que me dice el gobierno de los EEUU, b) No me creo lo que me dice el gobierno de los EEUU.

Solución: a) Soy gilipollas. b) Tengo que hacer algo.
"El conciudadano indigente es por naturaleza cienciológica y principio de autoconservación un Antidecretazos".

"La indigencia; vigente en Pontevedra-Galicia; personal-socialmente se asume pero (incomprensiblemente)".
Se adjunta ilustración del anverso de la obra de sociología humana natural "El conciudadano indigente", última del autor Ex. P. J.?


Todo aquello que mueve a risa proviene de una incomprensión de fondo, del desconocimiento de los humores viscerales que fluyen alrededor de la desesperación. Ésta es una época de desesperación. Ésto es una muestra: la vista de una terraza que en nada se parece a la que el Conciudadano-indigente visita cada día para reclamar algo de atención por parte de los individuos que, muchos dicen, conformamos una sociedad, e incluso algunos se atreven a llamar democrática.