lunes, 15 de noviembre de 2010

Los heraldos negros

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!

1 comentario:

Crisipo dijo...

……….sé que ahora parece increíble, pero los golpes curan, el dolor se amortigua, las heridas cicatrizan....
el tiempo, lento al principio, cubre con su pátina dulce los peores tormentos. Los desdibuja, los oculta tras un velo que suaviza y edulcora las formas más horribles del sufrimiento....
el olvido, río implacable, limpiará la pena, arrastrará la amargura. Mañana, querido amigo, solo quedarán los recuerdos brillantes y hermosos de las cosas buenas y felices.
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