martes, 28 de agosto de 2007

Crónicas del inframundo

De nada han servido la luz del Mediterráneo, el aire soriano y el mar de Ferrolterra; las excursiones por el lado más brillante de la existencia han sido inútiles. Las tinieblas envuelven al Barón, como un pulpo a su presa.

Primero fueron las moscas. Se colaron en Palacio camufladas en una bolsa de patatas autóctonas, y comenzaron a proliferar. Hoy por la mañana, el Barón presentó batalla y sembró su vivienda de gas mortífero. Al mediodía el recuento de cadáveres fue nulo, pero sólo un par de pequeños ejemplares pudieron ser identificados vivos, y rápidamente fueron exterminados.

Pero Satanás se tenía guardada su mejor baza para hoy. A media mañana, una pequeña rata infecta deambulaba en el despacho del Barón. Su mirada no era desafiante, como el juez reencarnado de Stoker, pero su aspecto era igual de inmundo. Se escondió durante unas horas, para, finalmente, ser acorralada en el cuarto de baño, atrapada bajo una escoba y vapuleada hasta la muerte.

Un par de horas más tarde, el diablo volvió a aparecer, vestido de rata, de nuevo. Esta vez bastó un escobazo para reventarle la cabeza y esparcir sus sesos por la baldosa.

El mal no da tregua, pero el Barón persiste en mantenerse firme en el lado luminoso. Es más, cree que todo esto es una señal del destino, porque ayer le fue comunicada la grata noticia de que a su gran amigo, el Duque de Saint-Ouen (que, por cierto, acaba de reestrenar blog), le van a publicar su recién finalizada novela Musofobia.

Arriesgándome a ser recriminado por él, reproduzco el comienzo de la misma: "No es mi imaginación: hay un ratón en la casa". Prometedor. El Barón le desea la mejor de las suertes. Mientras tanto, él velará por la salvación de la humanidad (o de una parte de ella).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Baroncillo...al final del túnel siempre está la luz...siempre.

Anónimo dijo...

Sí, aunque dicen que hay que morirse para poder verla, así que espero que esos pobres ratoncitos encontrasen la luz al final del tunel

Mediopelo dijo...

Amigo jabalí: de retoncitos nada, eran ratas, aunque pequeñas, eso sí. El túnel debió ser muy corto para la segunda víctima: apenas la distancia de un escobazo.

Alma mía: como dijo alguien, ¿no será mejor abrazar la pena y encariñarse con ella que tenerla constantemente en tu contra?

Anónimo dijo...

Las penas con ratas son buenas. Carne de rata buena y barata. Atar a la rata. Ea, ea, ea. Que-vi-vael-ba-rón, y-no-su-ra-tón

Mediopelo dijo...

Harmodio: estás que te sales, con lo de Musofobia. ¿Ahora también te vas a dedicar al hip-hop? Tu comentario suena a flow...

Anónimo dijo...

novo trabalinguas para o señor barón:
para pasar ben o rato: o mellor matar un rato, rato pasando, rato matando, o barón ía cazando.
Por cierto, aprovecho el blog del señor baron para felicitar al señor duque de Saint-Ouen, por su próxima publicación