miércoles, 21 de mayo de 2008

El idioma de los muertos

El Barón aún se siente perturbado por la lectura, ayer a medianoche, de un relato, Tercera derrota (1940) o El idioma de los muertos, que forma parte del formidable libro Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez. Su autor lo publicó a principios de 2004, con 63 años. Murió a finales de ese mismo año. No pudo ver cómo el libro cogía vuelo con el paso del tiempo, para acabar convertido en un clásico moderno. J. L. Cuerda está rodando su adaptación al cine. Puede que le quede una bonita película, pero es muy difícil, por no decir imposible, que supere al libro en cuanto a la emoción que suscita. Todos los relatos que componen el cuadro son muy buenos, pero éste, en concreto, es el que alcanza un mayor nivel de sutileza en el tema tratado, una moderna versión de Sherezade, transmutada en un preso político de la posguerra, que logra posponer el momento de su condena a muerte gracias a que, en un Madrid sitiado por los franquistas, conoció al hijo del coronel encargado de juzgarle y condenarle, ahora muerto. Pasan los días y el preso se inventa historias que endulzan la desaparición del hijo y ocultan la verdadera naturaleza de su muerte. Hasta aquí la sinopsis: el Barón no quiere estropear a nadie el placer de su lectura revelando más detalles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ves que bien así!, leyendo historias de señores malos y olvidandote de los señores malvados del académico mundo irreal, que solo existen en las pesadillas de los niños tontos que se obsesionan con historias de fantasmas o con el hombre del saco postprocesual