viernes, 30 de mayo de 2008

¿Vigilar y castigar?

Ésta ha sido una semana especial para el Barón. Ha visitado una cárcel. La sensación de sobrecogimiento inicial enseguida dio paso a otro tipo de impresiones, difusas. La más nítida, que los reclusos agradecen todo tipo de estímulos que provengan del desinterés. Aunque se les hable de presidios, de cárceles de otro tiempo, de campos de concentración o de penales ruinosos de renombre como Carabanchel, de suplicios o de panópticos, de redención de penas o de la crueldad de los castigadores. Ellos se interesan por todo y opinan de todo.
El momento más emotivo fue la lectura, por parte de uno de ellos, de uno de los poemas más famosos de Celso Emilio Ferreiro.
Va por ellos:

O teito é de pedra.
De pedra son os muros
i as tebras.
De pedra o chan
i as reixas.
As portas,
as cadeas,
o aire,
as fenestras,
as olladas,
son de pedra.
Os corazós dos homes
que ao lonxe espreitan,
feitos están
tamén
de pedra.
I eu, morrendo
nesta longa noite
de pedra.

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